En los últimos veinte años hemos sido testigos de decisiones importantes tomadas dentro de la Unión Europea. Decisiones que, más allá de las opiniones partidistas, deben evaluarse por las consecuencias que producen. El Brexit, el Green Deal, el cierre de las centrales nucleares en Alemania y el abandono del gas ruso, la imposición de sanciones y restricciones económicas que han afectado, por un efecto bumerán, incluso a las empresas europeas. Todo esto ha transformado el mercado europeo en un entorno no precisamente favorable desde el punto de vista económico. La semana pasada, un grupo de 70 empresarios solicitó a la Comisión Europea precios más bajos de energía y la revisión de las políticas verdes que se reflejan en costos exorbitantes. La solución que encuentran cada vez más empresas es trasladar sus negocios a Estados Unidos, donde se benefician de condiciones fiscales favorables y oportunidades para una masiva infusión de capital. Tras una investigación, Deloitte descubrió que el 67% de las empresas alemanas han trasladado, al menos parcialmente, su actividad fuera de Alemania debido a los costos energéticos. En los sectores automotriz, de ingeniería mecánica y de bienes industriales, el porcentaje es del 69%. Asimismo, las empresas alemanas invirtieron en 2023 una cifra récord de 15 mil millones de dólares en sus actividades en EE.UU. Las bolsas europeas enfrentan la misma situación. Muchas empresas prefieren deslistarse de las bolsas europeas para cotizarse en la Bolsa de Valores de Nueva York. Empresas importantes como Linde, CRH, Smurfit Kappa o ARM Holdings ya han hecho este movimiento. La Bolsa de Londres sufre especialmente de una retirada masiva de empresas. Si en 2015 más de 2400 empresas estaban listadas en la Bolsa de Londres, en 2023 esta cifra se ha reducido a aproximadamente 1900. Ante regulaciones restrictivas y perspectivas pesimistas compartidas por muchos empresarios, Europa podría enfrentar una migración masiva de empresas y capital hacia el oeste, hacia Estados Unidos. Así como después de la caída de Constantinopla en 1453, el éxodo de griegos a Italia llevó al inicio del Renacimiento, de igual manera, una masiva transferencia de cerebros y capital de Europa a EE.UU. podría llevar a un sorprendente renacimiento económico del vecino transatlántico y a una recesión profunda y prolongada para los países europeos.
Dragos Movila, analista financiero