Cristina Badea, especialista en programas de la Representación de UNICEF en Rumanía, tiene más de 15 años de experiencia en la promoción de los derechos humanos, la lucha contra la discriminación y el desarrollo de políticas públicas en Rumanía. Tuvo la amabilidad de responder algunas preguntas, y descubrimos a una persona absolutamente maravillosa, como si estuviera destinada a hacer lo que hace ahora.
C&B: Cómo ve UNICEF en Rumanía desde su posición?
Cristina Badea: Desde mi rol como especialista de programas y coordinadora de la estrategia piloto de UNICEF en Rumanía, he tenido la oportunidad de probar intervenciones innovadoras, programas y proyectos que pueden llevar a cambios significativos para los niños y sus familias en Rumanía. Para un cambio real y sostenible, adaptado al contexto rumano, intentamos identificar soluciones relevantes, efectivas y eficientes que puedan marcar la diferencia en la vida de los niños y las comunidades a las que pertenecen. El programa que coordino, „Rumanía para cada niño„, implica probar soluciones de políticas públicas, documentar rigurosamente las intervenciones y realizar una evaluación independiente de su impacto. En los últimos 10 años, hemos buscado constantemente, junto con mis colegas y los socios de UNICEF, soluciones intersectoriales para apoyar el acceso de los niños a servicios integrados de salud, educación y asistencia social. UNICEF también ha invertido en el desarrollo de productos (por ejemplo, guías, manuales, programas de capacitación) y métodos que pueden respaldar una educación inclusiva de calidad y que tienen un costo razonable, que puede ser sostenido por el sistema público.
C&B: Por qué UNICEF?
Cristina Badea: Siempre he querido trabajar en la promoción de los derechos humanos y la construcción de una cultura democrática sólida en Rumanía. Mis curiosidades y preguntas siempre se han dirigido hacia temas como la construcción de instituciones y prácticas democráticas en Rumanía posterior al comunismo o la consolidación de prácticas y normas sociales que respalden valores como los derechos humanos, la diversidad, la equidad, la igualdad de oportunidades o la justicia social. Mi camino académico y profesional ha estado circunscrito a la idea de convertir la promesa de los derechos humanos en una realidad que beneficie a quienes logran sobrevivir a la pobreza, la violencia o los problemas de salud.
C&B: Cuáles son los principios de vida y trabajo a los que no se desvía?
Cristina Badea: Para mí, los valores como la autenticidad, la transparencia, la responsabilidad por el trabajo realizado y el respeto por la dignidad humana y la diversidad son extremadamente importantes.
C&B: Cómo ha afectado/influye la Crisis Pandémica y la guerra en Ucrania a su trabajo?
Cristina Badea: Ambas crisis (tanto la crisis generada por la pandemia de Covid-19 como la guerra en Ucrania) han tenido un impacto significativo en los niños y las familias de Rumanía, y por lo tanto, en mi trabajo profesional. Podemos hablar de una expansión y reordenamiento de las intervenciones, pero también de un cambio en la forma de trabajar. Mi trabajo implica una interacción frecuente con actores del sistema educativo, la salud pública y la asistencia social. Los tres sistemas fueron extremadamente probados por la sucesión de las dos crisis, y la presión fue inmensa. Durante un período extremadamente largo, el mismo número limitado de personas tenía que responder a las múltiples necesidades de los niños y aprender nuevas herramientas de trabajo y formas de relacionarse.
C&B: Cuál fue la experiencia que más la marcó, en pocas palabras?
Cristina Badea: Las historias de los niños, especialmente de los niños en situación de vulnerabilidad, pueden ser extremadamente conmovedoras. Y la mezcla de emociones permanece contigo mucho tiempo después del horario laboral. Me inspiran y motivan las historias de madres solteras que cuidan de niños con discapacidades o problemas de salud mental. Mi hijo tiene ahora 6 años y no puedo evitar recordar la historia de un niño de etnia gitana en el condado de Bacău. En medio de un invierno muy duro, este niño de una comunidad rural aislada que parecía estar desconectada del mundo, iba a la guardería solo con pantuflas. Y me siguen impresionando y motivando las historias de trabajadores sociales, profesores y asistentes médicos en áreas rurales que trabajan en condiciones extremadamente difíciles para hacer, en la medida de lo posible, un cambio positivo.
C&B: Qué consejo/consejos tiene para aquellos que quieren seguir una carrera similar?
Cristina Badea: Creo que lo más importante, independientemente de la profesión elegida (pero quizás aún más en el área de políticas públicas y desarrollo), es que exista una compatibilidad entre los valores individuales y la misión de la organización. Además del aprendizaje continuo, creo que es esencial mantener la curiosidad, la flexibilidad y, ante todo, un enfoque reflexivo y crítico sobre los resultados de su propio trabajo. Un último consejo se refiere a las personas que tienes a tu lado: el desarrollo profesional y el mantenimiento de la motivación a largo plazo están fuertemente influenciados por la cultura organizacional. Es muy importante tener personas que te den confianza e inspiración cerca de ti.
C&B: Si tuviera frente a usted a un posible partidario para la actividad de la organización a la que pertenece, qué le diría?
Cristina Badea: Los niños de Rumanía tienen derecho y merecen una vida mejor. Y nosotros, los adultos, a menudo les hemos fallado y seguimos fallándoles. Pero todos nosotros, cada uno de nosotros, podemos contribuir a un cambio positivo siendo más conscientes e involucrados en la vida de la comunidad a la que pertenecemos. Y, por último, pero no menos importante, a las necesidades de quienes nos rodean.